El laminado en caliente es un proceso mediante el que se calienta el acero a una temperatura alta, generalmente mayor a 926 grados centígrados, para que sea más fácil moldearlo y adaptarlo a una forma en particular.
Se suele cuidar que la temperatura no se exceda demasiado, ya que podría dar una apariencia de quemado al acero que origina que el material no quede liso, y se puede agrietar con facilidad.
En el caso de las láminas se suelen pasar por rodillos mientras que el acero se encuentra a altas temperaturas.
Cada rodillo transporta el material hasta llegar a una prensa tiene a su vez una maquinaria con un molde el les dan su forma característica al ejercer la presión sobre el material.
La apariencia del producto una vez al haberse enfriado y poderse manipular es áspero, con bordes redondeados y sin tanto grasiento.
En cambio cuando se lleva un proceso de laminado en frío la textura es lisa pero con tacto grasoso y borde afilado.
Este proceso de laminado en caliente se suele usar para producir una gran variedad de productos y piezas.
Consideraciones: El acero suele encogerse mientras se enfría. Es por ello que si se requiere una medida muy precisa no es recomendado este método.
Hay procesos que emplean mayor tecnología para poder manipular el acero y hacer que los márgenes no varían tanto entre sí una vez se enfría.
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